La tradición hermética procede del Antiguo Egipto a través de los antiguos griegos. Originalmente, el nombre procedía de una misteriosa figura conocida como Hermes Trismegistos (Hermes el Tres Veces Grande en griego), una forma greco-egipcia del gran Dios egipcio de la Sabiduría y la Magia.
Sus enseñanzas documentaban un camino de iluminación y paz espiritual a través de la armonización de los elementos, tanto en la mente como en el cuerpo. Se decía que, en última instancia, esto conducía al dominio de uno mismo y, a través de él, de la vida.
El hermetismo tiene mucho que ofrecer al practicante moderno, ya que sus métodos son herramientas prácticas probadas a lo largo del tiempo para quienes desean seguir un camino de superación personal.
Las creencias herméticas incluyen:
- El entrenamiento de la mente a través de la meditación, la práctica ritual, los ejercicios de conciencia, la imaginación y el pensamiento correcto, puede conducir al despertar de un yo superior.
- Cree que todas las cosas se forman a partir de la conciencia pura
- Sostiene que subyace en el Universo una fuerza de pura bondad
- Afirma que lo divino es uno pero tiene muchas caras, formas de manifestación
- Enseña que para encontrar la sabiduría debemos sintonizar con las fuerzas de la naturaleza y respetarlas
- Que cada ser humano es una chispa de esta bondad subyacente que toma forma material para hacer buenas obras
- Cree en la igualdad de géneros y razas
- Basa su filosofía en los cuatro elementos: fuego, aire, tierra y agua.
- Fomenta el autodominio mediante el cultivo de la virtud.
- Sostiene que el aumento del conocimiento y la conciencia es positivo y que Ciencia y religión deben ser una.
- Enseña que el alma es inmortal y que este es uno de los muchos reinos de la existencia.
- Considera que la humanidad se encuentra en un viaje espiritual para volver a un estado de unidad con el todo; la Gran Obra de la humanidad.
Por Martin Faulks.